Entrevista a Luis Enrique Peñaranda, travesti de la movida nocturna venezolana
“En Venezuela no estamos capacitados para asumir el matrimonio gay”
En el mundo artístico es conocido como Kike y cómo él mismo dice, no hay gay que no lo conozca. Desde hace 15 años trabaja como travesti en varios locales nocturnos de Caracas y en interior del país. Tiene pensado lanzarse a la política en 2012 y espera volver a la televisión y al teatro en 2011
Fabiana López Berra
A Luis Enrique Peñaranda se le puede encontrar todas las noches en Cool Café & Pub, un local para homosexuales ubicado en La Castellana, en Caracas. Prefiere que lo llamen Kike y nunca se niega a dar una entrevista. Es un hombre acostumbrado a la fama y la disfruta desde todas sus aristas: canta, baila, actúa y anima. Diariamente se viste de mujer y entretiene a todo el que asista a su show. Aunque es transformista, se siente hombre: “Yo siempre he sido un tipo, un varón. Que sea homosexual es otra cosa. Me visto de mujer porque es mi trabajo. La identidad sexual y la preferencia sexual son dos cosas diferentes”.
Llega vestido con una franela blanca y un jean azul, y su cabello está recogido en una cola de caballo. En unos minutos cambiará su franela por un top plateado, el jean será sustituido por unos leegins y el pelo caerá libremente sobre su espalda. Su rostro se esconderá tras un elaborado maquillaje femenino. Será entonces momento de iniciar la función de la noche. Pero mientras tanto, Kike dice sonriente: “Dispara tus preguntas, periodista”.
—¿Cuándo decidió que lo suyo era el mundo del espectáculo?
—Cuando tenía cuatro años de vida que empecé a cantar. Yo gané 16 festivales musicales como cantante. De 32 gané 16. Y toda la vida me gustó hacer teatro. Siempre estaba en las tablas actuando, siempre estaba cantando, siempre estaba metido en un peo.
—¿Estuvo en academias de teatro desde pequeño?
—Sí, en Barquisimeto estaba en el Taller Actoral Estable. Después me fui a Valencia y estudié teatro allá también. Todavía amo el teatro. Y también trabajé en televisión.
—¿Cómo se inició en la televisión?
Empecé a trabajar en Venevisión como extra. Luego fui asistente de varias personas en el canal como Mariano Álvarez, Amanda Gutiérrez y Víctor Cámara. Víctor y yo nos hicimos muy buenos amigos. Fui su mano derecha en todo. Con Víctor duré diez años de mi vida trabajando. Toda su vida la llevaba yo.
—¿Trabajó en algún momento delante de cámaras?
—Claaaaaaaro. Trabajé mucho tiempo detrás de cámara porque hacía la parte de producción que me encantaba, pero luego empecé a trabajar en novelas, hasta que un día me llaman para trabajar en Bienvenidos. Me dijeron: “¿Tú quisieras trabajar con nosotros?” Y como me gustaba acepté. Para la prueba hice un solo sketch. Al día siguiente aparecí en el libreto, ya estaba dentro del elenco de Bienvenidos. Fui el tipo más feliz de este mundo.
—¿Cuánto tiempo trabajó en Bienvenidos?
—Quince años de mi vida. Al lado de Miguel Ángel Landa. Gracias a él aprendí mucho de actuación. Él sacó ese monstruo que había en mí y toda la parte de la comedia. Él me enseñó: “De lo bueno poco para que la gente quede picada y siga queriendo más de ti”.
Kike se aceptó como gay desde muy joven; sin embargo se lo contó a su familia cuando tenía 30 años, por miedo a la reacción que pudieran tener ante tal noticia. Aunque dice no haber sentido discriminación alguna en su vida laboral, opina que su salida de Venevisión se debió a ciertos comentarios sobre su preferencia sexual.
Llega vestido con una franela blanca y un jean azul, y su cabello está recogido en una cola de caballo. En unos minutos cambiará su franela por un top plateado, el jean será sustituido por unos leegins y el pelo caerá libremente sobre su espalda. Su rostro se esconderá tras un elaborado maquillaje femenino. Será entonces momento de iniciar la función de la noche. Pero mientras tanto, Kike dice sonriente: “Dispara tus preguntas, periodista”.
—¿Cuándo decidió que lo suyo era el mundo del espectáculo?
—Cuando tenía cuatro años de vida que empecé a cantar. Yo gané 16 festivales musicales como cantante. De 32 gané 16. Y toda la vida me gustó hacer teatro. Siempre estaba en las tablas actuando, siempre estaba cantando, siempre estaba metido en un peo.
—¿Estuvo en academias de teatro desde pequeño?
—Sí, en Barquisimeto estaba en el Taller Actoral Estable. Después me fui a Valencia y estudié teatro allá también. Todavía amo el teatro. Y también trabajé en televisión.
—¿Cómo se inició en la televisión?
Empecé a trabajar en Venevisión como extra. Luego fui asistente de varias personas en el canal como Mariano Álvarez, Amanda Gutiérrez y Víctor Cámara. Víctor y yo nos hicimos muy buenos amigos. Fui su mano derecha en todo. Con Víctor duré diez años de mi vida trabajando. Toda su vida la llevaba yo.
—¿Trabajó en algún momento delante de cámaras?
—Claaaaaaaro. Trabajé mucho tiempo detrás de cámara porque hacía la parte de producción que me encantaba, pero luego empecé a trabajar en novelas, hasta que un día me llaman para trabajar en Bienvenidos. Me dijeron: “¿Tú quisieras trabajar con nosotros?” Y como me gustaba acepté. Para la prueba hice un solo sketch. Al día siguiente aparecí en el libreto, ya estaba dentro del elenco de Bienvenidos. Fui el tipo más feliz de este mundo.
—¿Cuánto tiempo trabajó en Bienvenidos?
—Quince años de mi vida. Al lado de Miguel Ángel Landa. Gracias a él aprendí mucho de actuación. Él sacó ese monstruo que había en mí y toda la parte de la comedia. Él me enseñó: “De lo bueno poco para que la gente quede picada y siga queriendo más de ti”.
Kike se aceptó como gay desde muy joven; sin embargo se lo contó a su familia cuando tenía 30 años, por miedo a la reacción que pudieran tener ante tal noticia. Aunque dice no haber sentido discriminación alguna en su vida laboral, opina que su salida de Venevisión se debió a ciertos comentarios sobre su preferencia sexual.
—¿Por qué lo despiden de Venevisión?
—Salgo de Venevisión porque una vez en una entrevista, en cámara, dije que era gay. Después pasaron ciertas cosas y un día dejaron de llamarme. Me supuse que fue por eso. Entonces decidí irme a Estados Unidos. Trabajé en un programa allá, para la cadena Telemundo, llamado “Jajaja”. Claro, Venevisión me hace la guerra fría porque “Jajaja” y Telemundo son la competencia de Cisneros y mi programa salía los domingos a las 9:00 pm, en el mismo horario que salía Bienvenidos en Univisión. O sea, yo competía contra mí mismo. Por supuesto, puedes imaginarte el peo que se armó con Univisión. Me despidieron y para no quedarme como un inmigrante más en Estados Unidos, decidí venirme nuevamente a Venezuela, comiéndome un cable. Y empecé a hacer show travestis. Comencé a profesionalizarme más como travesti hasta consolidar la carrera que tengo ahora.
—¿Tiene planes de volver a las tablas o a la televisión?
—Creo que el año que viene posiblemente haya una participación en una obra de teatro con Daniela Alvarado. También hay algo por ahí en televisión. Tengo unas conversaciones la semana que viene, no quiero decir mucho, pero capaz vuelvo a la televisión.
—¿Con Venevisión?
—Sí. Vamos a ver que pasa. ¿Te suena “A que te ríes”?
—¿Y tiene algún otro proyecto laboral en mente?
— Quiero lanzarme a la parte política. Voy a ver si dentro de dos años hago algo bueno.
—¿Qué planes tiene en cuanto a la política?
—Bueno ya me ofrecieron algo por allí, pero son ofrecimientos, vamos a ver qué pasa. De verdad a mí me sigue muchísima gente y pienso que tengo un poquitico de conciencia como para decir lo que quiero y lo que no quiero y ser intermedio. Pero vamos a ver qué pasa porque creo que va a haber algo bien bueno. Viene algo por ahí. No quiero decir nada para que las cosas se den.
—Por lo menos dígame si es un cargo de elección popular.
—Es de elección popular. Eso es lo que quiero. Por elección popular, porque si no, no llego a ningún lado (risas), porque marico que no conoce a Kike no es marico.
Luis Enrique es un hombre que dice lo que piensa y considera que tiene la suficiente capacidad para desempeñar un buen papel en el ámbito de la política. Está comprometido con la comunidad LGBT (Lesbianas, gay, bisexuales y transexuales), pero no está de acuerdo con todo lo que exigen en materia legal al gobierno nacional.
—¿Qué opina de hombres como Boris Izaguirre y Elton Jhon que decidieron casarse? ¿Le gustaría que aprobaran el matrimonio entre homosexuales en Venezuela?
—Eso me encanta. Pero pasa lo siguiente: aquí en Venezuela lamentable no podría desear que se aprobara una ley para el matrimonio homosexual. Si me gustaría la igualdad de parejas, pero no el matrimonio todavía. ¿Por qué? Porque en Venezuela no estamos capacitados para asumir el matrimonio gay. Somos unos promiscuos. Y no solamente los gay, sino los hombres y las mujeres en general. O sea hay una vaina de promiscuidad horrible. Aquí se casan y a los dos meses se divorcian ¿Qué vaina es esa? Están locos. ¿Entiendes? Pero hay casos de parejas gay que tienen 16, 17, 18 años juntos y uno de los dos muere y la familia del otro le quita todas las vainas, cuando lo crearon entre los dos y eso no puede ser. Entonces debería haber algo, como una especie de ley, que se firmara y que dijera mira esto es de ambos porque es una sociedad conyugal. Eso es lo que sí me gustaría. El matrimonio en este momento no, porque no estamos preparados para eso. Yo pienso que todavía somos un país tercermundista en ese aspecto. Lo digo y tal vez me caerán muchos maricos encima y me digan: “¿Marico, tú eres loco? Vamos a aprobar eso”. Pero si se ponen a pensar en frío, los homosexuales nunca hemos vivido ni pasado por eso, entonces van a empezar los maricos a casarse como locos, las lesbianas a casarse como locas y después a divorciarse ¿Qué es eso?
—Y en cuánto a la familia ¿Le gustaría tener hijos?
—Claaaaaro. De hecho si llego a tener una pareja estable, yo no tendría problema en adoptar. A mí me encantaría adoptar. ¿Por qué? Porque pasa algo: la identidad sexual de un ser humano no interfiere con la crianza de un niño. Una pareja gay puede tener un hijo normal que diga: “Yo tengo dos papás” o “yo tengo dos mamás” y ese niño jamás será gay o jamás será lesbiana. La adopción me encanta porque hay muchos niños con hambre, hay muchos niños que están solos, niños en la calle que uno puede rescatar, a los que pudiese hacer felices y formar una familia.
Kike mira al techo, mientras responde la pregunta anterior. Tal vez se imagina como padre. En ese momento pasa una de sus compañeras de trabajo, una transexual llamada Nicolle y le dice: “Bendición, Pai. Apúrate que ya nos toca actuar”, a lo que Kike responde: “Dios te bendiga, ya me voy a arreglar”. Luego dice: “Aquí tengo muchísima gente a la que quiero, gente a la que amo, que son muy especiales. He hecho una familia en la que tengo mis hijas. Tengo a Bárbara que está en España, a Jackeline que está en Alemania, tengo a Giselle, a Luna, a Alexa, a Nicolle. Son mis hijas. Ellas no tienen familia porque están discriminadas por ser transexuales, pero yo soy su papá”.
Excelente kike, Dios te siga dando mucho talento y ese poder para llegar a la asamblea y luchar por nuestros derechos, mucho exito para ti
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