lunes, 27 de agosto de 2012

Entre pasarelas y fundaciones de ayuda social

Giovanni Scutaro, un profeta en su tierra

Uno de los diseñadores más importante del país cuenta como creer en Venezuela lo ayudó a consolidarse como una gran figura de la moda nacional e internacional. Próximamente emprenderá un proyecto con Unicef, de la que será imagen en 2013

Fabiana López Berra



El lugar está sobriamente decorado. Las prendas de caballero se encuentran en perchas y muebles aéreos a la derecha y el fondo, mientras que los trajes de dama están agrupados del lado izquierdo del lugar. En el centro se ubica un cómodo sofá rojo, seguido de un maniquí negro de mujer, con una tela que semeja una cortina que cae desde el techo. Dentro de la tienda Giovanni Scutaro Prêt-a-Coutur suena un electropop en italiano, música de fiesta, y allí está él, sentado, vestido con camisa azul marino que resalta sus ojos azul celeste. Se acerca con paso decidido a saludar. A Giovanni Scutaro no lo intimida el grabador, lo coloca más cerca de él para que la conversación no se pierda en la melodía que aún suena.
Habla con soltura, como si estuviese acostumbrado a las entrevistas, sus 20 años de carrera lo han mantenido en la palestra pública. Es uno de los grandes diseñadores venezolanos que ha cosechado éxitos gracias al esfuerzo de su trabajo. Pero no siempre fue así, comenzó su travesía a escondidas. Se graduó de administrador en la Universidad Central de Venezuela a los 21 años, sus padres deciden enviarlo a hacer estudios de especialización en Finanzas en Italia y estando allá decide cambiar el curso de su vida: “cuando llego a Italia descubro que estoy solo y que puedo hacer lo que yo quiero, porque ya complací a mis padres, ya les entregué un título universitario. Por eso decido estudiar diseño de modas en el Instituto Morangoni de Milano”.
En un principio su papá se opuso, no quería que su hijo fuese un diseñador de modas porque no lo veía como una carrera, pensaba que se iba a morir de hambre. Sin embargo, su mamá decide apoyarlo y él continúa con su formación.
Al culminar sus estudios, comienza a trabajar en grandes firmas de diseñadores en Milano. “En Italia, obligatoriamente para graduarte, tienes que trabajar para todas las casas. Trabajé para Armani, para Versace, para Gian Franco Ferré. Tampoco era que hacía gran cosa, hacía ruedos, enmarcaba un vestido, pero no cosía, no diseñaba, simplemente estaba en el atelier, pero trabajar con ellos fue una escuela”, recuerda y sus ojos se llenan de alegría, parece que disfruta repasando lo que ha sido su vida.
Aunque tenía todo para quedarse en Italia, decide regresar a Venezuela y arranca de cero con un futuro incierto: “en ese momento hablar de diseño no existía, la moda venía enlatada, ¿diseñadores? ¿Qué es eso? Eso no existía. La moda venía de Francia o de Estados Unidos, pero aquí no había diseñadores. Cuando llego a Venezuela irrumpe la saga de los diseñadores en el país, con la salida al mercado de Ángel Sánchez, Mayela Camacho, Margarita Zingg, Duran y Diego y yo”.

Su primera gran oportunidad: la famosa chaqueta de Carlos Andrés Pérez
Luego de instalarse definitivamente en Venezuela obtiene su primer trabajo importante que consistió en crear la imagen corporativa del aspirante a la presidencia Carlos Andrés Pérez. Al ser electo como primer mandatario nacional Scutaro se integra a su equipo y termina siendo el responsable de la imagen del presidente de la República: “yo me encargaba de todo su vestuario, de todos sus trajes, o sea que de verdad tuve una relación muy directa, fue una relación bellísima, de mucho respeto, mucha admiración. Yo fui quien hizo la famosa chaqueta Sport de Carlos Andrés y por ahí se disparó la firma Scutaro”.
También tuvo la oportunidad de vestir al presidente Hugo Chávez durante sus dos primeros años de gobierno, de quien comenta: “Es muy  él, es muy irreverente. Su primera gira internacional completa se la hice yo, le cree la imagen de un jefe de estado, porque había que cambiar la imagen militar. Pero era muy irreverente, de repente lo veía y resulta que había combinado todo contrario a lo que le había dicho, no hacía las cosas como se las decía”. Explica que el presidente necesitaba obligatoriamente tener alguien que se dedicara únicamente a su vestuario y él no podía estar exclusivamente a su disposición, puesto que su firma le quitaba mucho tiempo y sentía que el trabajo que hacía con el presidente se perdí, reconoce que ya no era el muchacho que trabajaba a tiempo completo para el presidente Pérez, tenía otras responsabilidades que no podía eludir y decide renunciar. 
Henrique Capriles, podría sumarse a la lista de presidentes que han sido vestidos por Scutaro de ser electo como cabeza del estado venezolano. El aspirante a la presidencia y el diseñador son grandes amigos, este último considera que el primero es la representación real de los venezolanos, porque es un hombre joven y Venezuela es un país en el que la población juvenil es mayoritaria y es la que tiene una visión de país progresista y apuesta por un cambio que se hace necesario.
Ha estado en contacto con el equipo de Capriles, le han propuesto que se encargue de su vestuario de resultar electo, pero por los momentos no está trabajando con él. Sin embargo, ha pensado en algunas ideas, por ejemplo tiene claro cómo lo vestiría el día de la juramentación: “tendría que ir de traje azul marino, camisa blanca y corbata celeste, punto”.

Apuesta por Venezuela
Para Scutaro Venezuela es el país de las oportunidades. Nunca tuvo aspiraciones de ser inmigrante, aunque su padre es un inmigrante italiano es el primer fanático del país que lo trajo para construir la autopista Caracas-La Guaira durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez. “Mi papá adora este país, él vino muy joven, como muchos constructores italianos a trabajar a Venezuela y yo creo que esa visión que tiene mi papá fue la que me hizo a mí comprender que mi país está primero que cualquier otro. Venezuela es Venezuela, no hay dos países iguales”, sonríe y el nacionalismo se le desborda en la mirada. 
Piensa que Venezuela es una tierra soñada para el diseño porque a los venezolanos les encanta la moda, les gustan las firmas y son propicios a vestirse bien. Considera ícono de la elegancia en el país a César Miguel Rondón, con las féminas le cuesta más encontrar una que sea ícono, no porque no haya, sino porque son demasiadas; termina resaltando a Patricia Cohen y Carolina Rodríguez dos de sus clientas y amigas cercanas.
El buen gusto de los venezolanos es algo que lo afecta directamente, pero el rasgo de sus compatriotas que más admiración le produce  es la capacidad de adaptación que desarrollan los criollos para manejarse en un país con tantos problemas.

Próximo reto: Unicef
Desde hace 24 años, Scutaro trabaja en función de infantes con distintas asociaciones. Actualmente colabora con “Mano Amiga” una fundación que atiende a niños y jóvenes en zonas de bajos recursos y les ofrece programas de educación integral: “se siente súper bonito, súper bien, creo que es una manera de ayudar a quien lo necesita, suena trillado, pero es la verdad,  siempre he creído que mientras tú hagas bien, Dios siempre te va a dar bendiciones”.
Otro de los proyectos sociales en los que está trabajando pertenece a Unicef, de la que será imagen en 2013 y para quienes está diseñando la franela que se utilizará en la Carrera por el Buen Trato que realizará Unicef en noviembre de 2012. Aunque está muy emocionado por este nuevo reto no abandonará a las fundaciones a las que apoya actualmente.


Dos vestidos para el Miss Venezuela 2012 
Durante los últimos 24 años Scutaro ha trabajado con la Organización Cisneros y ha tenido una relación directa con las muchachas que resultan electas en el certamen Miss Venezuela. Actualmente, Irene Esser, Miss Venezuela 2011, es la imagen de su colección Forever Eva, inspirada en quien fuera su modelo, su musa, su amiga, la periodista y ex Miss Venezuela Eva Eckvall.
Unas misses han tenido mayor impacto en él que otras. De la larga lista de chicas provenientes del certamen que han modelado para la firma Scutaro recuerda con cariño y admiración a dos: “Dayana Mendoza, fue una de las experiencias más bellas porque fue muy auténtica, tuvo una actitud firme con respecto a quién era ella y cómo se iba a vestir. La otra niña con la cual disfruté muchísimo fue Stefanía Fernández, al conocerla entendí porqué ganó el Miss Universo: es una niña demasiado noble, muy dulce, es más bella por dentro que por fuera”.
Este año es el encargado de vestir a dos se las señoritas que aspiran a la corona de la belleza venezolana: Keilys Rivero (Miss Bolívar) y Fanny Moreno (Miss Vargas), quiénes en el desfile en traje de gala lucirán dos de los modelos de la casa Scutaro.